22 May 2025

La bolsa, una oportunidad estratégica también para las pymes

Aunque los emprendedores consideran que los mercados bursátiles son solo para grandes corporaciones, la realidad es que los costes de salir al parqué han bajado mucho y que la existencia de mercados específicos para las pymes abre una puerta que los negocios pueden aprovechar.  

Alex Ordóñez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce


Históricamente las pymes han contemplado la Bolsa con escepticismo, viéndola como un espacio reservado a gigantes empresariales con estructuras complejas y elevados recursos. Sin embargo, en la última década esta percepción ha comenzado a cambiar. Con la aparición de mercados alternativos diseñados a la medida de este tipo de empresas, como el BME Growth o el reciente BME Scaleup, la cotización en Bolsa ya no es un privilegio exclusivo de las grandes corporaciones. Lo que persiste, sin embargo, son una serie de creencias que continúan actuando como frenos psicológicos y estratégicos a la hora de considerar esta vía de financiación y crecimiento.

Uno de los mitos más arraigados es el del coste. La creencia de que salir a Bolsa es inasumible económicamente sigue presente en muchas conversaciones entre empresarios. Es cierto que cotizar tiene un precio que no es baladí, ya que se necesita asesoramiento legal y financiero, informes de auditoría y un proceso de preparación interna. Pero también es verdad que en la actualidad estos gastos son mucho más contenidos gracias a la aparición de mercados adaptados al tamaño de las pymes. Por ello, los costes se han ajustado notablemente, y las exigencias regulatorias se han flexibilizado para reducir las barreras de entrada. Lo que antes era un proceso de élite, hoy puede ser abordado por empresas con estructuras más ligeras y una facturación media.

Además, es importante destacar que los costes iniciales pueden considerarse una inversión estratégica. Cotizar no solo abre la puerta a nuevos fondos, sino que eleva la visibilidad, mejora el posicionamiento ante clientes y proveedores, y puede incluso facilitar acuerdos con socios estratégicos. El retorno de esa inversión no solo es económico, sino también reputacional.

Otro de los grandes temores que resuenan en el tejido empresarial es el de la pérdida de control. “Si entro en Bolsa, dejo de ser dueño de mi empresa”, es una frase habitual entre los emprendedores. Pero esta percepción dista mucho de la realidad. Existen múltiples fórmulas que permiten a los fundadores mantener el control de sus compañías incluso tras la entrada de nuevos accionistas: desde la posibilidad de conservar más del 50% de los derechos de voto hasta pactos parasociales y estructuras con clases de acciones diferenciadas. Es decir, cotizar no significa necesariamente renunciar al timón de la empresa, sino compartir parte del capital en un entorno regulado y con normas claras.

De hecho, en muchos casos, los mecanismos de protección del control que ofrece la Bolsa pueden ser más estables que los que imponen fondos de capital riesgo. Estos últimos suelen incluir cláusulas de salida -como los conocidos drag along o tag along- que obligan al empresario a acompañar al fondo en procesos de venta en un plazo relativamente corto, comprometiendo la autonomía a medio plazo. Por el contrario, una compañía cotizada puede planificar su crecimiento con mayor independencia, siempre que mantenga una estrategia clara y cumpla con las exigencias mínimas de transparencia.

Otra percepción habitual es la idea de que cotizar es una opción solo válida para empresas grandes. Es cierto que tradicionalmente la Bolsa estaba reservada para compañías con facturaciones millonarias y una fuerte presencia internacional. Pero hoy, los mercados alternativos están pensados precisamente para empresas con un valor aproximado de 10 millones de euros, con modelos de negocio validados y una visión clara de expansión. No hace falta ser un gigante: basta con tener ambición, solidez operativa y capacidad de generar confianza entre los inversores.

Además, el salto al mercado bursátil no exige mucho más que lo que ya requiere captar inversión privada. De hecho, en algunos casos, los procesos de due diligence o exigencias de reporting de un fondo privado pueden ser más complejos y demandantes que los de un mercado alternativo. La diferencia es que cotizar añade un componente público que, si bien supone mayor escrutinio, también implica mayor visibilidad y transparencia. Es una forma de abrir la empresa al mercado en condiciones controladas, y no necesariamente más exigente que las de una ronda privada.

La cotización, además, genera efectos beneficiosos que van más allá de la financiación directa. Uno de ellos es la disciplina financiera. La necesidad de presentar información periódica y cumplir con auditorías obliga a las empresas a mejorar sus procesos internos, profesionalizar la gestión y anticipar riesgos. Esto repercute positivamente en la calidad del gobierno corporativo y en la percepción externa de la empresa.

También tiene un impacto directo en la captación y retención de talento. Al cotizar, las empresas pueden implementar planes de incentivos ligados al capital, como stock options o acciones restringidas, que resultan especialmente atractivos para perfiles clave. De esta forma, se alinean los intereses de los empleados con los de la compañía y se construye un vínculo más fuerte y duradero.

Otro elemento clave es la diversificación de fuentes de financiación. En un contexto donde los bancos son cada vez más exigentes en la concesión de crédito, cotizar en un mercado alternativo permite reducir la dependencia bancaria y acceder a una base más amplia de inversores. Esto puede mejorar las condiciones de financiación y, a medio plazo, abaratar el coste del capital.

Romper los mitos que aún rodean la cotización en Bolsa es un paso esencial para liberar el verdadero potencial de muchas pymes. Más que una barrera, la Bolsa puede convertirse en una palanca de transformación, profesionalización y crecimiento sostenible para las empresas que están dispuestas a mirar más allá de lo convencional.
 

Compártelo:

Publicidad

Twitter

cesce_es

Most Viewed Assets

Más populares

15 consejos y ejemplos para vender tu nuevo producto o servicio

0 View

Los seis elementos clave para elaborar un buen presupuesto

0 View

Conoce los países más endeudados del mundo

0 View

Breve historia de la inteligencia artificial: el camino hacia la empresa

0 View

Qué es y para qué sirve el modelo Canvas

0 View

Te podría interesar

Formulario Asesores de Pymes

Contact us

Send us your details on this form and we’ll get in touch with you as soon as possible.
We’ll be delighted to help you.

Call us 900 115 000 Customer Services Hours from 08.30 to 19.00 from Monday to Thursday and from 08.30 to 16.00 on Fridays
Write to us on X @cesce_es
Query service on X

Request information

Leave us your details and we’ll get in touch with you.
Cesce will process your personal data for the purpose of sending you commercial information through any medium, including digital channels. You can exercise your data protection rights (access, rectification or erasure, among others) as indicated in the Cesce Privacy Policy, which can be consulted for further information on the processing of your personal data.