21 Nov 2023
Qué es una API y en qué mejora la actividad de mi pyme
La transformación digital está trayendo consigo un amplio abanico de herramientas que sirven para mejorar la productividad de cualquier empresa, con independencia de su tamaño. Aunque muchos emprendedores todavía no han oído hablar de ellas, las API están llamadas a ser un importante catalizador en este sentido, conectando diferentes utilidades para que la eficiencia sea algo consustancial a la actividad de cualquier organización.
Carlos Sánchez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce
Una Application Programming Interface (API) es una interfaz que tiene como misión la de conectar software y aplicaciones a distintos entornos, de manera que sus datos sean homologables y utilizables en diferentes canales. De este modo, además de favorecer el intercambio de información útil y sensible para una compañía, también permite poder usar nuevas funcionalidades, posibilitando un mejor desempeño de la actividad corporativa.
Desde un punto de vista operativo, la utilización de una API ofrece multitud de ventajas para una pyme, como facilitar la comunicación y la colaboración con los servicios de sus proveedores, potenciar la innovación digital con sus stakeholders y, desde un punto de vista financiero, lograr monetizar mejor sus datos para generar mayores ingresos. Y todo ello apostando por la omnicanalidad y por la virtualización de actividades, de manera que los empleados de la empresa puedan comunicarse mejor y de un modo más directo y eficiente desde el lugar y el momento que elijan.
Integrar y conectar
Un emprendedor, en realidad, necesita conocer poco de los entresijos de una API sino más bien concentrarse en los beneficios que le puede aportar. Basta decir, eso sí, que basa su razón de ser en una serie de protocolos informáticos que favorecen la integración de sistemas bajo una serie de reglas de programación comunes. A través de una API, cualquier persona en una organización puede simplificar de manera significativa sus rutinas de trabajo, integrando determinados servicios y aplicaciones para que se conecten entre ellas y favorezcan el desempeño del profesional.
Bajo estos prismas, cabe hablar de diferentes tipos de API:
De acuerdo a sus políticas de uso, las hay públicas o abiertas (disponibles para que cualquiera pueda emplearse con apenas unas mínimas restricciones) o privadas e internas (que solo pueden usar los sistemas internos habilitados por una determinada compañía). También hay API especialmente creadas para favorecer las alianzas comerciales (ya que una determinada empresa habilita a algunos de sus proveedores y clientes para que las puedan utilizar y, con ello, compartir información) o de carácter compuesto (que utilizan distintos datos o, a su vez, otras API para permitir que los desarrolladores accedan a diferentes terminales).
Ventajas de utilizar una API
Para cualquier empresa, apostar por el uso de una API promueve diferentes ventajas, entre las que cabe citar:
- Una distribución mucho más eficiente de los datos sin perder un ápice de seguridad.
- Mayor alcance en la difusión de información y de datos a la audiencia que se seleccione.
- Poder personalizar de manera mucho más efectiva los contenidos, creando experiencias de usuario únicas según los requerimientos que se quieran dar.
- Máxima flexibilidad en los procesos de transferencia de información.
- Gran adaptabilidad en relación a los futuros cambios que se promuevan dentro de la organización como, por ejemplo, en la migración de datos.
Más por menos
Si tuvieran que concretarse en dos los beneficios en el uso de una API por parte de un emprendedor serían los de ahorrar tiempo y dinero. Algo fundamental sobre todo en startups de reciente creación y, también, en los negocios online, en donde es crítico la simplificación de procesos manteniendo un riguroso control de cada operación de venta que se ejecute. Por ejemplo, gracias a una API, en el momento en el que un marketplace cierre nuevas ventas se puede automatizar la gestión del inventario para solicitar al proveedor nuevos productos, sin que ello signifique para el empresario invertir más dinero del necesario o arriesgarse a no poder atender nuevos pedidos por haberse quedado corto.
Aunque esto solo se trata de un caso particular, en la Red existen multitud de usuarios que explican qué API les ha ayudado a solucionar un problema concreto o, simplemente, a mejorar una funcionalidad que ya tenían. Es solo cuestión de invertir algo de tiempo en analizar lo que se ofrece. En cualquier caso, ante las lógicas dudas que se puedan tener en relación a una API siempre es una buena idea recurrir a una empresa especializada que nos guiará para encontrar la solución que mejor puede adecuarse a nuestras necesidades reales, a un coste asumible y que lo será todavía más pensando en las ventajas que nos ofrecerá a medio y a largo plazo.
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