10 oct 2024
¿Cómo es posible mejorar la competitividad de una pyme?
La digitalización, la formación continua del capital humano o la inversión en logística son algunas de las claves para mejorar la competitividad de una pyme. Sin embargo, la falta de recursos, tanto económicos como de tiempo, limita con frecuencia la posibilidad de apostar por estas y otras medidas. En cualquier caso, la obsesión por ganar en productividad y competitividad parece ser algo común entre todas las empresas, aunque al final la realidad macroeconómica termina por obligar a las organizaciones a tener que afrontar en paralelo diferentes problemas, tanto financieros como corporativos.
Carlos Sánchez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce
Un reciente informe elaborado por el Consejo General de Economistas de España (CGE) y la Fundación para el Análisis Estratégico y Desarrollo de la Pequeña y Mediana Empresa (FAEDPYME) en base la respuesta de 800 pymes subraya el elevado número de factores de riesgo que amenazan la competitividad de estas empresas. En concreto, el 85% afirma estar altamente preocupado por los elevados costes de la energía y la inflación, seguidos a cierta distancia por la falta de personal cualificado, que representa una preocupación para el 78%. El alza de los tipos de interés (65%), la asunción de los gastos generados por la sostenibilidad (52%) y la transformación digital (49%) son otros de los problemas que asaltan el día a día de los gestores de las pymes.
Lista de deseos
Este mismo documento indica algunas de las principales recetas que las propias pymes señalan para mejorar su competitividad. Entre ellas, cabe destacar la reducción de la presión fiscal (4.4 en una escala hasta 5), mayores ayudas para inversiones (4.1) y reducción de las cuotas empresariales a la Seguridad Social (4.1).
Además, se afirma que el 74.6% de las pymes innova en procesos y el 47.7% en mejoras de productos y/o servicios ya existentes. El estudio finalmente observa que, en cuanto a los indicadores de rendimiento, las pymes obtienen ventajas competitivas en términos de satisfacción de clientes, satisfacción de empleados y bajo absentismo laboral.
Principales recomendaciones para mejorar la competitividad
A pesar de que pueden contar con menores recursos económicos y con un peso sensiblemente más bajo en su mercado de referencia, las pymes disponen de una importante ventaja con respecto a las grandes compañías: la agilidad. Esto significa que son capaces de tomar decisiones y ponerlas en marcha con mucha mayor velocidad que en el caso de otras organizaciones, en donde el peso del management es sensiblemente más elevado, lo que dilata en ocasiones la puesta en práctica de iniciativas.
Partiendo de esta base, es posible trabajar en la mejora de la competitividad en cuatro grandes áreas de la pyme:
- Capital humano. Ligar la remuneración a la actividad puede ser un mecanismo win to win para ambas partes, es decir, tanto para el trabajador como para la empresa. Por ejemplo, a través de bonos económicos para la consecución de objetivos o pactando incrementos salariales a medida que se vayan alcanzando ciertos hitos en la compañía. De este modo, el compromiso de las personas de la entidad también crece, al ver que su situación personal se liga a la de la propia organización.
- Procesos. Trabajar permanentemente en la mejora de la comunicación entre trabajadores y departamentos es clave para que toda la cadena productiva de la empresa se imbrique del modo más natural y competitivo posible. Conocer a qué se dedica cada ámbito de la organización es básico para que los profesionales de manera automática sepan a quién derivar cualquier incidencia o, incluso, si las tienen, ideas de mejora.
- Indicadores. Encargar a una empresa externa medir la realidad productiva de una empresa no sirve de nada si no se conocen de verdad las peculiaridades que rigen su realidad diaria. Eso significa que deben ser los propios empleados, que son los que mejor conocen su desempeño, los que propongan los KPIs que servirán para evaluar de manera periódicamente el comportamiento de la compañía y, de este modo, facilitar la toma de decisiones por parte de sus gestores. En cualquier caso, los KPIs deben ser digitalizados y monitorizados de manera continua para detectar cuanto antes cualquier anomalía y poder subsanarla.
- Gestión de recursos. Ser consciente de las fortalezas y, también, de las debilidades es algo crítico para cualquier pyme. En este sentido, los programas de planificación de recursos empresariales (Enterprise Resource Planning), más conocidos como ERPs son fundamentales para gestionar todos los elementos de una empresa, como los relativos al marketing, a los recursos humanos, las ventas que se realizan o hasta a la propia gestión del inventario. Un ERP es el mejor juez de una compañía porque enseña qué es lo que está mal o hasta qué punto las inversiones que se están haciendo resultan verdaderamente rentables o no.
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