03 Oct 2024
Qué es la depreciación de un bien y cómo calcularla
La depreciación es fundamental para calcular el valor real de los activos con los que cuenta una empresa. Al hacerlo se podrán tomar decisiones operativas que favorezcan el desarrollo del negocio así como realizar una valoración general de la compañía de cara a los inversores.
Carlos Sánchez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce
A la hora de gestionar una empresa la fijación del valor de los bienes es esencial. El problema no llega sólo al fijar el precio con el que van a salir al mercado sino en el peso que el deterioro va a ejercer sobre ellos y que, en muchos casos, termina por bajar irremediablemente su valor, al menos, si se quiere poder llegar a librarse de ellos algún día. En este sentido, juega un papel fundamental la depreciación de los bienes, un concepto que es clave en contabilidad y que los gestores de una empresa deben conocer.
En qué consiste la depreciación de un bien
A grandes rasgos, la depreciación establece el valor real de un bien en el momento en el que dicho objeto ha sido dañado, por ejemplo, si se ha utilizado a lo largo del tiempo. El principal axioma en el que se basa la depreciación es que cualquier activo que se utiliza tiene menos valor que otro totalmente nuevo, aunque sean iguales.
Quizá el ejemplo más paradigmático de la depreciación de un bien es el de un automóvil, que nada más sacarlo del concesionario y utilizarlo la primera vez ya ha perdido una parte considerable del valor que tenía cuando simplemente estaba expuesto.
Hay que tener en cuenta que la depreciación puede tener su efecto incluso aunque no se utilice un determinado activo. Por ejemplo, si adquirimos un teléfono móvil es muy probable que, sin hacer nada, en unos meses se deprecie de manera importante ya que la compañía que lo comercializa ha sacado al mercado modelos nuevos que lo dejan obsoleto.
Proyección de negocio
Cuando se pone en marcha un negocio, uno de los elementos clave que hay que planificar a largo plazo es el de la potencial depreciación de los activos. Si no se tiene en cuenta, es muy probable que el inventario con el que cuenta la empresa tenga un valor de mercado significativamente menor en unos años, haciendo perder valoración a la compañía.
De ahí que resulte clave poder calcular en cualquier momento la depreciación de los bienes con los que cuenta la entidad y poder concretar una planificación operativa que resulte lo más objetiva posible.
En cualquier caso, la depreciación permite a una empresa:
- Realizar una aproximación del valor de un activo a su valor real en cualquier periodo de tiempo.
- Permite a la contabilidad valorar de un modo realista todos los bienes materiales e inmateriales.
- Favorece una estimación coherente de los activos, posibilitando una toma de decisiones en base a resultados más objetivos.
Cómo se calcula la depreciación
El principal parámetro que hay que tener en cuenta para calcular la depreciación es que se debe aplicar una amortización constante durante un tiempo, a la que hay que ir dividiendo el valor del activo con el periodo de vida útil del mismo. Además, hay que tener presente que se debe atribuir una depreciación mayor al activo durante su primer año de vida útil.
Otro hito importante es que hay que aplicar depreciaciones más altas durante en los primeros años, ya que se asume que un activo es más productivo en ese tiempo. Después, se irán reduciendo de manera progresiva las depreciaciones.
Tipos de depreciación
Existen diferentes clases de depreciación, entre las que cabe destacar:
- Depreciación lineal. Distribuye el valor del bien o activo de forma equitativa a lo largo de su vida. Por ejemplo, si se ha comprado un ordenador de 10.000 euros y se estima una vida útil de 10 años, su depreciación anual es de 1.000 euros.
- Depreciación acelerada. Aplica una pérdida de valor mayor en los primeros años de vida útil del activo. Es frecuente utilizar la depreciación acelerada en los activos de carácter tecnológico.
- Depreciación por unidades de producción. Deprecia el activo según lo que se use y no en qué periodo de tiempo se use.
- Depreciación por doble saldo decreciente. Duplica la tasa de depreciación lineal y se aplica al bien por cada año.
- Depreciación por suma de los dígitos del año. Va sumando los dígitos de los años de vida útil del activo y se hace una fracción decreciente cada año.
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