06 May 2025

Trump confirma a los 100 días de gestión su firme creencia en los aranceles

El presidente republicano defiende que sus políticas económicas impulsarán el dinamismo, atraerán inversiones y consolidarán la reconversión industrial de EEUU.

Diego Herranz - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce
 

Donald Trump tiene una fe inquebrantable de los aranceles 100 días después de jurar su cargo y volver, cuatro años después, a la Casa Blanca. Sigue pensando que es “la palabra más hermosa del diccionario”, como aseguró en campaña electoral. A pesar de que, desde el pasado 20 de enero, tras convertirse en el 47º presidente estadounidense, hasta la finalización del periodo de gracia que se concede en democracia a un nuevo mandatario, el índice S&P 500 de las mayores empresas estadounidenses ha retrocedido más de un 9%, el Nasdaq, casi el 15% y sus grandes selectivos, los valores de los denominados Siete Magníficos (Alphabet, Apple, Nvidia, Microsoft, Meta, Amazon y Tesla) han perdido una cuarta parte de su valor. 

Este enrarecido clima inversor, provocado antes y después del Día de la Liberación Arancelaria por una política comercial decimonónica que nada tiene que ver con el libre mercado y que ha puesto en jaque a la globalización, es el que ahora se afana en apaciguar el actual inquilino del Despacho Oval. Pero sin dar su brazo a torcer. Porque los actos conmemorativos de los 100 días se convirtieron en una oda a su criticada gestión económica, cuyo signo distintivo han sido sus polémicos aranceles recíprocos, causa del fenómeno de la estanflación que ha reaparecido en la coyuntura del país y que pone en riesgo una adecuada estrategia por parte de la Fed, que se deberá decantar, como cualquier banco central bajo la influencia de un estancamiento del PIB y tensiones en los precios, por bajar tipos para espolear el crecimiento o subirlos (o mantenerlos, en el caso de la Reserva Federal) para contener cualquier nueva escalada del IPC.

Precisamente la figura del presidente de la Fed, Jerome Powell, volvió a protagonizar la retórica de Trump. “No está haciendo bien su trabajo” ha insistido en las últimas semanas, coincidiendo con las primeras señales de contracción económica que finalmente se consumaron con el receso de 3 décimas entre enero y marzo del PIB. 

Pero ni la escalada arancelaria ni las críticas a la independencia de Powell -dos principios claves en el libre mercado- parecen problemas substanciales para Trump. Ni siquiera el duro ajuste que ha emprendido Elon Musk en su DOGE con el despido masivo de empleados federales para afilar la tijera y percutir con ella en el 7,4% de déficit acumulado a finales de 2024 o las dudas que se podrían derivar de otra fase de reducción recaudatoria por la doble rebaja impositiva que perfila para los próximos mese a las rentas personales y los beneficios empresariales. 

Para el mandatario republicano, sus políticas económicas “impulsarán el crecimiento económico y atraerán a los fabricantes de vuelta a EEUU”. A pesar de lo cual, horas antes de los actos por los 100 días de gestión, firmó órdenes ejecutivas que flexibilizaban ciertos aranceles, incluyendo una reducción del 25% durante dos años a los componentes de la industria automovilística, una de las más castigadas por sus gravámenes a la importación. 

Desde Julius Baer se asegura que las medidas impulsadas en los primeros tres meses de gestión de la versión Trump 2.0 han revertido por completo la llamada “excepcionalidad americana” que hace alusión a la prima de capitalización de los valores de Wall Street respecto a los de latitudes ajenas al mercado estadounidense y que ha sido una constante en los últimos decenios. “Como resultado de ello, “las perspectivas de dinamismo se han reducido a la mitad desde mediados de enero, y los riesgos de recesión se han triplicado hasta alcanzar el 50%”. Técnicamente, deben pasar dos trimestres consecutivos de contracción. 

En cuanto a divisas, las predicciones sobre el dólar, en caída libre, se han recortado en más de un 10%, mientras el yen japonés o el franco suizo se han revalorizado de los riesgos arancelarios.

Dado que la recuperación interna sigue siendo frágil y el impacto arancelario externo aumenta los riesgos de crecimiento, “esperamos que el gobierno chino intensifique sus medidas de apoyo para estabilizar la economía”, dice su equipo de analistas. Para los inversores, “el mantra sigue siendo reducir activos estadounidenses durante los rebotes y agregar europeos y chinos durante la debilidad a sus carteras”. 

En Goldman Sachs, por su parte, entran a valorar los efectos sobre el comercio. Los aranceles de la Casa blanca “no tiene precedentes en la era moderna”, lo que implica que el final de la luna de miel de ciudadanos, oposición, sector privado y agentes del mercado, puede provocar caídas del 20%-30% en las importaciones, además de descensos similares, de dobles dígitos, en el flujo de envíos transpacíficos entre Asia y EEUU. “Una disminución de esa magnitud en los volúmenes de carga de compras estadounidense del exterior constituye una anomalía con tintes dramáticos si no se reconvierten las presiones arancelarias por la vía diplomática, asegura su analista Patrick Creuset.

En su opinión, aunque el comercio se mantuvo estable en el primer trimestre, debido a que los importadores americanos anticiparon compras, “es probable que esta liquidación de existencias se refleje en los próximos datos”. Un escenario que descuenta desabastecimiento e inflación. Es cuestión de tiempo -y no mucho, que los estantes de los comercios empiecen a vaciarse, con lo que la reposición será inevitable. Entonces, los pedidos de suministro cambiarán de rumbo y el comercio se reactivará, incluso si eso implica aceptar mayores costos por los productos sujetos a aranceles, lo que “podría producir una destrucción permanente de la demanda, especialmente si la economía mundial se desacelera, y un mayor desvío de mercancías a través de otros países con aranceles más bajos”. 

Los economistas, pues, no creen que la gestión económica de Trump impulse el vigor del PIB. Al menos, a corto y medio plazo. Por si fuera poco, tampoco pasará factura a China, a la que la Casa Blanca ha colgado el cartel de enemigo geoestratégico número uno: “Los bienes made in China seguirán siendo vitales y, dada la magnitud de la capacidad de fabricación del gigante asiático y su dominio en diversas rúbricas comerciales, en la fase de reposición esperamos que se reanude el flujo de productos de Asia a EEUU”, escribe Creuset en una nota a inversores.

Compártelo:

Publicidad

Twitter

cesce_es

Most Viewed Assets

Más populares

15 consejos y ejemplos para vender tu nuevo producto o servicio

0 View

Los seis elementos clave para elaborar un buen presupuesto

0 View

Conoce los países más endeudados del mundo

0 View

Breve historia de la inteligencia artificial: el camino hacia la empresa

0 View

Qué es y para qué sirve el modelo Canvas

0 View

Te podría interesar

Formulario Asesores de Pymes

Contact us

Send us your details on this form and we’ll get in touch with you as soon as possible.
We’ll be delighted to help you.

Call us 900 115 000 Customer Services Hours from 08.30 to 19.00 from Monday to Thursday and from 08.30 to 16.00 on Fridays
Write to us on X @cesce_es
Query service on X

Request information

Leave us your details and we’ll get in touch with you.
Cesce will process your personal data for the purpose of sending you commercial information through any medium, including digital channels. You can exercise your data protection rights (access, rectification or erasure, among others) as indicated in the Cesce Privacy Policy, which can be consulted for further information on the processing of your personal data.