21 abr 2025

Inicio de negociaciones

El 12 de abril representantes de Irán y de Estados Unidos se reunieron, de forma indirecta, en Omán.

Tanto el ministro de exteriores persa, Abbas Araghchi, como el enviado estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff, señalaron que las conversaciones “fueron constructivas”. Una semana después, el 19 de abril, ambas delegaciones volvieron a reunirse en la ciudad de Roma, nuevamente de manera indirecta a través de representantes omaníes. De momento las conversaciones se están centrando en la elaboración de una agenda de negociaciones que aborde las actividades nucleares de Teherán. Como se recordará, en 2018 el presidente Donald Trump ordenó la salida de Estados Unidos del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés), el acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Irán y el denominado P5+1 (incluye a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, a Alemania y a la Unión Europea). En respuesta a la decisión adoptada por Washington, Teherán ha incumplido desde entonces sus compromisos. Así, en los últimos años ha incrementado de manera considerable su actividad nuclear. Se calcula que sus reservas de uranio enriquecido se han multiplicado por veinte, hasta los 8.200 kilogramos. Parte de ellas (alrededor de 275 kilogramos) son uranio enriquecido al 60%. En consecuencia, algunos expertos calculan que el país persa tendría la capacidad de desarrollar seis armas nucleares en cuestión de dos o tres semanas. Las negociaciones se producen en un momento de especial debilidad del régimen persa. Su influencia en el exterior se ha reducido considerablemente, después del derrocamiento de su aliado Bashar al Asad en Siria, y el momento de debilidad en el que se encuentra la milicia libanesa de Hezbolá. A esto se une el estado de fragilidad de su economía, -afectado seriamente por las sanciones impuestas por Estados Unidos-, y el descontento social, como se puso de manifiesto en la ola de protestas que desencadenó la muerte de la joven Mahsa Amini, en 2022. Ahora bien, alcanzar un acuerdo no será sencillo. De momento se desconoce las exigencias que planteará Estados Unidos. Las dos principales alternativas son, posiblemente, el desmantelamiento total del programa nuclear o el establecimiento de una supervisión estricta que garantice que la actividad nuclear se limitará únicamente al ámbito civil. En cualquier caso, el inicio de un diálogo entre las dos partes abre la posibilidad de alcanzar una solución por la vía diplomática.

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