Francia frena a la ultraderecha

De esta forma, el partido ultra, que partía como favorito en las encuestas tras vencer en la primera vuelta, ha acabado en tercera posición con 143 escaños. Mientras, el bloque formado por la izquierda de Mélénchon y el macronismo, ha conseguido una mayoría sólida para gobernar, con 182 y 168 escaños, respectivamente. No será una tarea sencilla. Primero porque la cultura de la coalición no es demasiado habitual en Francia. Y segundo, porque las posiciones entre el Nuevo Frente Popular, una coalición que agrupa a distintos partidos de izquierda, los socialistas, verdes y comunistas, y el centro de Macron están muy alejadas fundamentalmente en cuestiones de política económica. La movilización de los votantes de izquierda y de centro, quizás también los de derecha moderada, ha elevado la participación hasta los 66,6%, 20 puntos por encima de la segunda vuelta de 2022. Comienza ahora el calendario fijado en la Constitución para iniciar la legislatura y nombrar un nuevo primer ministro. Por el momento, el actual ocupante del cargo, Gabril Attal, ha presentado su dimisión, pero el presidente francés puede rechazarla hasta nombrar a un sustituto. Se busca un primer ministro de consenso, previsiblemente de izquierda moderada, capaz de conciliar las posturas de los centristas y derecha moderada. Entre los candidatos, Raphael Glucksmann, un eurodiputado socialdemócrata, se perfila como uno de los favoritos a ocupar el puesto.