Drástica caída de la inflación

Se trata del menor dato de inflación desde julio de 2023, pese a que se encuentra diez veces por encima del objetivo del banco central. Conviene señalar, sin embargo, que la drástica caída de la inflación interanual se explica por la moderación de la demanda y el efecto base de los precios, que comenzaron a crecer de forma acelerada en 2023. Por ello, el banco central también se fija en la evolución de la inflación mensual que, en el mes de agosto, disminuyo al 2,47%, frente al 3,23% de julio, una reducción mucho más moderada. El mes pasado la máxima autoridad monetaria decidió mantener los tipos en el 50%, por quinto mes consecutivo, a la espera de observar cómo evolucionaban los indicadores. La mejora en las cifras de inflación responde, fundamentalmente, al giro en la gestión de la política monetaria del país. Hasta junio de 2023, el banco central había mantenido durante años una política monetaria ultra laxa, con el presidente Recep Tayyip Erdogan argumentando que esa era la mejor manera de frenar la inflación, en contra de toda la teoría económica. El giro hacia una postura más ortodoxa ha sido bien acogido por los inversores extranjeros en bonos, que han vuelto a los mercados turcos, comprando más de 10.000 millones de dólares en títulos de deuda este año. Además, Fitch también ha reconocido el progreso con dos mejoras consecutivas de su rating, hasta situarlo en el BB-, tres escalones por debajo del grado de inversión. Aun así, las empresas y muchos turcos están sufriendo a medida que los altos tipos debilitan la economía. De hecho, los datos publicados por la oficina de estadística apuntan a una expansión del PIB del 2,5% en la primera mitad del año, su nivel más bajo desde la crisis del covid. Las previsiones del FMI sitúan el crecimiento de la economía en el 3,6% para 2024, lo que supone una caída de un punto frente al nivel registrado en 2023.