18 May 2025
Creciente influencia en la región
China continúa ampliando su presencia en América Latina a través de inversiones estratégicas. En la reciente cumbre del Foro China-CELAC, celebrada en Pekín la semana pasada, se aprobó un Plan de Acción 2025–2027, una hoja de ruta para la colaboración bilateral en sectores clave como infraestructura, tecnología, energía y educación.
También se anunció una línea de crédito por 8.250 millones de euros, destinada a financiar proyectos en la región. Uno de los movimientos más significativos fue la adhesión de Colombia a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, marcando un cambio notable en su política exterior, tradicionalmente alineada con Estados Unidos. La decisión ha generado atención por su posible impacto geopolítico. Durante el encuentro, el presidente chino, Xi Jinping, tendió una mano a los países de la región, a los que ofreció trabajar juntos “ante las turbulencias geopolíticas” y “la contracorriente recrudecida del unilateralismo y el proteccionismo”. Además, se comprometió a incrementar las importaciones desde la región y aseguró que China animará a sus empresas a aumentar las inversiones. El gigante asiático ya es el principal socio comercial de Brasil, Chile y Perú, y su influencia crece en áreas estratégicas como el litio, los puertos, la energía y la tecnología. Aunque Pekín presenta su relación con América Latina como una alternativa basada en la cooperación Sur-Sur y el respeto mutuo, hay voces que alertan sobre los riesgos de dependencia económica, concentración de deuda y asimetría en las relaciones. Mientras la administración Trump intensifica la presión para limitar el avance chino, la región se encuentra ante el desafío de diversificar sus alianzas sin perder soberanía ni capacidad de decisión.