¿Cómo hacer mi pyme atractiva a los inversores?

Carlos Sánchez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce

Un inversor apuesta por una empresa por distintos motivos. El más importante suele ser porque proyecta una rentabilidad financiera de cara al futuro que, en el caso de las entidades más maduras, puede ser en el corto plazo mientras que para startups o pymes de reciente creación quizá se extienda con mayor lejanía en el tiempo. Pero también influyen en su decisión final otros factores, como la calidad del proyecto, su carácter disruptivo, la experiencia del equipo gestor o el momento del mercado y de la economía. Todo esto significa para los emprendedores la necesidad de hacer lo más atractiva posible la compañía a un inversor potencial, lo que implica seguir una serie de pautas.

Ideas claras y escalabilidad

Cualquier empresa tiene la vocación de ser más o menos rentable en el futuro. A pesar de la multitud de variables que entran en juego para que este resultado final sea cierto, es importante analizar a todos los niveles la viabilidad del negocio, lo que implica evaluar la realidad presente y estimada de la entidad desde diferentes perspectivas. Eso incluye estudiar la compañía desde un plano financiero y contable, de posicionamiento de mercado, de recursos humanos, desde una óptica legal y jurídica y hasta de si se trata del momento propicio para poner en marcha el proyecto o no. Con el juego entre todas estas variables, se determina cuándo la compañía entrará en números negros (break even) y, con ello, las posibilidades reales de alcanzar un cierto beneficio financiero.

Por ello, es crítico que antes de acudir activamente a la búsqueda de inversores se complete un plan de negocio que sea lo más profesional posible, aunque suponga un gasto importante en el sentido de tener que recurrir a la ayuda externa de profesionales y especialistas de diferentes disciplinas.

Además de este plan a todos los niveles, es fundamental en la medida de lo posible constatar si el modelo de negocio llegará a ser escalable o no. La escalabilidad tiene que ver con el hecho de que, a partir de la inversión de una determinada cantidad de recursos, llega un momento en el que los beneficios crecen sin que ello conlleve un mayor gasto para la entidad. O, dicho de otro modo, los beneficios potenciales de la empresa se disparan a partir de un punto cierto, lo que sirve desde luego para captar el interés de cualquier inversor si se logra demostrar con números que esa posibilidad es cierta.

Ideas claras y presencia activa

Junto a un plan de crecimiento a todos los niveles, los inversores valoran cada vez más el que los emprendedores tengan las ideas claras. Es decir, que sepan a dónde quieren llegar con la empresa a medio y a largo plazo, a través de una visión profesional que demuestre no solo conocimiento de su negocio sino del propio mercado y de los competidores.

En muchas ocasiones, más que invertir por la empresa, los inversores profesionales buscan identificar a emprendedores con una capacidad de gestión y materializar los proyectos de negocio claros, de modo que si el proyecto empresarial falla más tarde o más temprano podrán embarcarse en otro distinto en el que se apoyen en la experiencia adquirida.

Una vez se tienen las ideas claras, hay que definir una estrategia de acercamiento a los potenciales inversores. Eso significa, por un lado, designar un portavoz que sea la cara visible inicial de la empresa y, por el otro, desarrollar un calendario de foros de inversión a los que acudir para compartir la visión del negocio que se tiene. En este tipo de eventos hay espacios designados para que emprendedores e inversores se conozcan y lleguen a posibles acuerdos, pero la competencia es tan grande que hay que trabajar en aprender constantemente para diferenciarse con éxito de lo que ofrecen el resto de empresas.