21 sep 2023
Factoring sin recurso: definición y para qué sirve
Descubre qué es el factoring sin recurso y qué ventajas ofrece esta modalidad de factoraje para agilizar tus flujos de efectivo y minimizar riesgos financieros.
Carlos Sánchez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce
A través del factoring sin recurso, una empresa pueda mejorar su liquidez evitando asumir una responsabilidad por el impago de las deudas con uno de sus deudores. Una vez se acuerdan las condiciones entre la empresa cedente y la firma financiera, la primera recibirá un anticipo fundamental para poder mejorar su tesorería y hacer frente a sus compromiso de pago a corto plazo, en tanto que la entidad financiera podrá optar a un mayor beneficio en el que caso de que todo siga su cauce normal y la deuda se termine abonando.
¿Qué es el factoring sin recurso?
Un contrato de factoring es aquel en el que se efectúa una cesión de un crédito a cobrar por parte de una empresa a una entidad financiera, a cambio de un precio y de unas condiciones previamente pactadas. Dentro de las modalidades de factoring que existen, una de ellas es el factoring sin recurso, que permite a la entidad dejar de tener el riesgo de impago de las facturas que ha cedido, ya que solo se puede reclamar la deuda al deudor y no al cedente de la operación.
Características del factoring sin recurso
En cualquier contrato de factoring intervienen tres figuras. Por un lado, está la del cedente, que es la empresa que cede los derechos de cobro. Por el otro está la del factor, que es la entidad financiera que acepta la operación y se ocupa de cobrar las deudas del cedente. El tercer sujeto es el deudor, que es quien ha generado un derecho de cobro para el cedente y que más adelante es reclamado por el factor.
En un factoring sin recurso, la empresa deja de tener riesgo por el impago de las facturas que cede, ya que solo el factor puede reclamar la deuda al deudor, dejando libre al cedente. Es decir, que el cedente queda exento de responsabilidad si se llega a producir un impago de la deuda.
Esto es algo que no ocurre en el factoring con recurso, en donde si el cedente ha cedido una deuda sobre un deudor que se niega a pagar, el factor puede reclamar la deuda directamente al cedente. O, dicho de otro modo, en un factoring con recurso, la asunción de responsabilidad por parte de la empresa cedente de la operación es sensiblemente mayor.
Principales ventajas del factoring sin recurso
Aunque la principal ventaja del factoring sin recurso desde el punto de vista de la empresa cedente es que es la entidad financiera quien asume en realidad todos los riesgos de un posible impago, existen otras más a destacar. Entre ellas cabe citar:
- Acceso inmediato a la liquidez, de manera que se puedan atender necesidades financieras de pago a corto plazo de la entidad.
- Tiene una vocación internacional, por lo que es una herramienta comúnmente aceptada en todo el mundo.
- Ahorro de tiempo y de otros recursos a la hora de gestionar el cobro de deudas.
- Mejora de la contabilidad de la organización y una mayor eficiencia de la tesorería.
- De acuerdo a la normativa a cada momento, es posible acceder a beneficios fiscales de esta herramienta. Cabe recordar que, por norma general, el IVA que se carga en el factoring puede deducirse, así como que los gastos asociados a la operación son también fiscalmente deducibles. De este modo, la empresa ahorra en su declaración futura del Impuesto de Sociedades.
Diferencias entre factoring con recurso y sin recurso
Un modo sencillo de entender la diferencia entre el factoring con recurso y el factoring sin recurso es el siguiente:
- Factoring con recurso: Si eres la empresa que cede la cuantía, será tu empresa quien deba asumir el impago por parte del cliente o deudor cuando llegue la fecha de vencimiento de la financiación, ya que la entidad financiera solo asumirá la financiación y gestión del cobro.
- Factoring sin recurso: En caso contrario, como empresa, estarás exento de cualquier impago del cliente o deudor, quedando libre de cualquier solicitud o reclamación por parte de la entidad factor. Suele ser la opción que más seguridad aporta a las pequeñas y medianas empresas, ya que estas estarán aseguradas a la hora de cobrar sus servicios.
Ejemplo de factoring sin recurso: ¿cómo funciona?
Para comprender mejor el factoring sin recurso vamos a poner un caso práctico.
Una empresa española que vende utensilios de cocina a cadenas de restauración decide juntar todas sus facturas a clientes con vencimientos superiores a 150 días y hablar con su entidad financiera de confianza.
Esta firma analiza convenientemente la operación y, después de un tiempo, fija unas condiciones y clasifica al deudor.
La entidad financiera y la empresa cedente firman el contrato de cesión y la segunda recibe en poco tiempo el dinero acordado. De esta manera, la compañía consigue un anticipo de liquidez fundamental para mantener un estado adecuado de su tesorería.
En cualquier caso, antes de llevar a cabo cualquier operación de factoring es conveniente recurrir al asesoramiento financiero profesional, de modo que la empresa garantice y proteja lo máximo posible sus intereses.
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