27 oct 2024

Una mina de litio en Nevada

El Departamento del Interior de Estados Unidos aprobó, el pasado 24 de octubre, la construcción de una mina de litio en el desierto de Nevada, a medio camino entre Reno y Las Vegas.

La mina, operada por la empresa australiana Ioneer, tiene capacidad para producir litio para unas 370.000 baterías al año, lo que cuadriplicaría la producción estadounidense una vez haya finalizado la construcción del proyecto, prevista para 2028. Se trata de la primera mina de litio aprobada por el gobierno de Joe Biden con la que pretende competir con el dominio de las empresas chinas en la cadena de suministro del mineral, quienes concentran más de dos tercios de la capacidad mundial de refinado. Estados Unidos cuenta con unas importantes reservas de litio en el suroeste de Arkansas, entre 5 y 19 millones de toneladas según el Servicio Geológico de EE.UU., por lo que tiene capacidad para competir con Pekín. Hasta ahora, los productores occidentales han enfrentado dificultades para competir con sus rivales chinos en la producción y refinado de minerales críticos debido a un mayor coste de extracción, reglamentos más estrictos y la oposición de los grupos ambientalistas. La extracción y el procesamiento de litio presenta un fuerte impacto medioambiental, ya que precisa de grandes cantidades de agua, energía y el uso de productos químicos tóxicos. Sin embargo, los organismos reguladores estadounidenses, tras seis años de revisión, han trabajado con la empresa para minimizar el daño para las especies protegidas de la región, lo que les da luz verde para la construcción de nuevas fuentes de aprovisionamiento que podrían desafiar el dominio de China en este sector.

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