Netanyahu, contra las cuerdas

A esto se suma la creciente división dentro del Ejecutivo. Benny Gantz, uno de los principales líderes de la oposición antes de adherirse al gobierno de unidad nacional que se formó tras el estallido del conflicto, defendió la semana pasada la celebración de elecciones anticipadas en el mes de septiembre. Por otra parte, el Tribunal Supremo ha otorgado al gobierno un mes para que apruebe una ley de reclutamiento igualitaria; una normativa que podría acabar con la exención militar de la población ultraortodoxa. Las presiones de la judicatura sitúan a Netanyahu en una posición especialmente compleja, ante el riesgo de que los dos partidos ultrarreligiosos que forman parte de la coalición decidan retirarle su apoyo si se establece un servicio militar obligatorio a toda la población. En el caso de que se produjese un adelanto electoral, los sondeos sitúan al partido de Netanyahu, el Likud, lejos de los resultados obtenidos en los comicios de 2022. Si bien más del 80% de la ciudadanía respalda la guerra contra Hamás, buena parte de la población responsabiliza al primer ministro de los fallos de seguridad del 7 de octubre.