27 oct 2024
Moscú castiga a Astaná
La decimosexta cumbre anual de los BRICS tuvo lugar entre el 22 y el 24 de octubre en la ciudad rusa de Kazán.
El presidente Vladimir Putin, principal impulsor de la reunión, presentó un bloque BRICS ampliado, que también incluye a Egipto, Etiopía, Irán y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), como contrapeso al dominio occidental. Más de una veintena de países, como Azerbaiyán o Turquía, también estarían considerando su adhesión. Además, hay una serie de países que se han unido al bloque como asociados (no miembros de pleno derecho) Se trata de Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajstán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán, y Vietnam. El objetivo de la reunión era debatir enfoques conjuntos de la política, el comercio y las finanzas mundiales. Sin embargo, Moscú también aprovechó la atención mediática internacional para demostrar que Rusia no está aislada diplomáticamente. Además, Putin quería proponer a los asistentes el desarrollo de una plataforma alternativa de pagos internacionales, BRICS Bridge, inmune a las sanciones occidentales, así como la creación de una bolsa de cereales de los BRICS como alternativa a los mercados occidentales donde se fijan los precios internacionales de las materias primas agrícolas. Una de las ausencias más sonadas ha sido la de Kazajstán, principal aliado de Rusia en la región de Asia Central. De acuerdo con su presidente, Kasim-Yomart Tokayev, Astaná observa con atención la evolución del bloque, pero aún no tiene del todo claro si se unirá. Tras estas declaraciones, Rusia comenzó a restringir la importación de algunos productos agrícolas procedentes de Kazajstán, un país perteneciente a la Unión Económica Eurasiática, donde teóricamente no existen limitaciones al comercio. Conviene recordar, además, que Rusia ha empleado recurrentemente la vía kazaja para eludir las sanciones occidentales.