07 jul 2024
El laborismo arrasa
Tras 14 años en la oposición, el partido laborista volverá a gobernar en Reino Unido. Keir Starmer, el candidato laborista, ha conseguido alzarse con una mayoría histórica, 412 escaños, de los 650 que conforman el Parlamento, en las últimas elecciones celebradas el pasado día 4 de julio.
El partido conservador, por el contrario, ha obtenido el peor resultado de su historia, con apenas 120 escaños, lo que supone la pérdida de 250 representantes frente a los comicios de 2019. Su hundimiento responde a una sucesión de escándalos como el “partygate” a manos de Boris Johnson, la nefasta gestión de su salida de la Unión Europea que le costó el puesto a Theresa May o las cuestionables medidas fiscales que forzaron la rápida salida de Liz Truss del Ejecutivo. Tras la debacle electoral, es Rishi Sunak, el actual primer ministro el que ha anunciado su dimisión como líder del partido conservador. Como novedad, el partido de derechas Reform UK, liderado por Nigel Farage, ha conseguido entrar en el Parlamento con cuatro escaños. A la vez, los liberales demócratas se han recuperado de su cuasi extinción y han conseguido 71 asientos, frente a los 11 que ocupaban desde 2019. Han sido, sin embargo, unas elecciones marcadas por la desafección política como refleja la caída de 8 puntos de la participación. Lo cierto es que la confianza de los británicos en las instituciones ha caído a su nivel más bajo de los últimos 50 años, tal y como muestra la última encuesta realizada por el National Centre for Social Research. No es de extrañar, la economía del país lleva una década en situación de estancamiento, más de 8 millones de personas engrosan las listas de espera del NHS, el servicio de salud británico, y la crisis de precios tuvo un impacto mayúsculo sobre los bolsillos de los británicos. Durante la campaña, Starmer ha prometido poner solución a todos estos problemas mediante una “renovación nacional”, no ha aclarado, en cambio, cómo va a financiarlo.