Crecimiento desigual

Ahora bien, a nivel regional las estimaciones han variado respecto a las anteriores ediciones. En concreto, el FMI prevé un crecimiento mayor de lo esperado inicialmente en Estados Unidos (2,8%), así como en las economías emergentes de Asia (5,3%), sustentado éste último en el dinamismo de las industrias vinculadas a los semiconductores y a los componentes electrónicos. Por el contrario, el aumento del PIB será menor de lo previsto en la eurozona (0,8%) –lastrado por las dificultades que están atravesando algunas de sus principales economías–, y en China (4,8%), debido a la debilidad de la demanda interna. También ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento en la región de Oriente Medio (2,4%), como consecuencia de las interrupciones en el transporte marítimo, y en África Subsahariana (3,6%), como resultado de los efectos provocados por la formación de eventos climatológicos extremos. Para el próximo ejercicio, el FMI calcula que la economía mundial volverá a registrar un dinamismo similar, en torno al 3,2%. Por otra parte, el informe destaca la moderación de las presiones inflacionistas. En el último año la variación de precios se ha moderado en un punto porcentual, hasta el 5,8%, favorecido por el abaratamiento de la energía. El proceso de “desinflación” ha sido más pronunciado en los países desarrollados; en muchos de los cuales la variación de precios se sitúa ya dentro del rango objetivo. Ahora bien, el FMI advierte que algunos riesgos podrían alterar la moderación de la inflación. Entre ellos, destaca la posibilidad de un incremento del precio de las materias primas, como consecuencia de las tensiones geopolíticas; y los efectos desfavorables que provocaría una intensificación de las políticas proteccionistas en las cadenas de valor.