08 sep 2024
Alto el fuego en Kivu Norte, celebrado pero no respetado
Gracias a la mediación de Angola, la República Democrática del Congo (RDC) y Ruanda firmaron un alto el fuego que entró en vigor el pasado 4 de agosto.
Esta suspensión de hostilidades supuso la continuación de una tregua humanitaria de 15 días entre el Gobierno congoleño y el grupo rebelde M23. Este, el más importante de una amalgama de más de 120 agrupaciones rebeldes en la región de Kivu Norte, está extraoficialmente apoyado por Ruanda, algo que Kigali niega, pero que reconoce tanto la ONU como otros actores estatales. El presidente ruandés, Paul Kagame, admite, no obstante, tener tropas y armamento en el este de Congo para salvaguardar la seguridad de su país, dado el largo historial de conflictos entre los grupos étnicos que viven en los dos países centroafricanos (hutus y tutsis, con el genocidio ruandés de 1994 como máxima expresión). Además, Ruanda tiene grandes intereses económicos en la rica región del este de la RDC. Pese al entusiasta recibimiento del anuncio de un alto el fuego por parte de la comunidad internacional, existían pocas garantías de que se vaya a respetar, ya que las anteriores treguas nunca han tenido gran éxito en cuanto a evitar el derramamiento de sangre.